Protopía, como actitud de progreso ante el siglo XXI

El concepto de “protopía” como actitud y relato de progreso, una propuesta de tercera vía entre los conceptos antagónicos sobre futuro utópico o distópico.

Cuarto artículo realizado en colaboración con el proyecto Relathia, fundado por Elena Pisonero, el cual comparto también aquí, en mi proyecto personal “GestionComplejidad”. Protopía como actitud de progreso.

El devenir y la flecha del tiempo

¿Hacia dónde se dirige el universo? Existen varias teorías, se habla entre otras de la constante expansión del mismo y también se habla de una expansión-contracción que llevaría al universo a una especie de universo oscilante.

Particularmente me decanto, aunque sin ninguna razón concreta, sino porque nos viene bien para la escritura de este post, por el universo en constante expansión, cuyo final será la “muerte térmica”, es decir, el final de todo. Una vez se haya consumido toda la energía en su viaje de expansión, la entropía será máxima y el universo se habrá desorganizado por completo. Punto y final.

Una vez adoptada una teoría para situar el punto final del universo, volvemos a lanzar la pregunta, ¿hacia dónde se dirige el devenir de universo?, en este caso habría que matizar que nos interesa un devenir intermedio, no queremos llegar tan lejos como el final del mismo. Pues bien, ante un mundo tan complejo, solo estamos en disposición de contestar que se dirige hacia adelante. No necesariamente a un punto en concreto, aunque sí, siguiendo la flecha del tiempo…

Bajemos ahora un escalón y realicemos ahora la misma pregunta, pero concretando un poco más ¿hacia dónde se dirige la sociedad? En este caso se nos torna en una pregunta más interesante, ya que el devenir del universo a medio o largo plazo es más que probable que no nos afecte, pero ¿a quién no le interesa la sociedad de la que todos formamos parte y en la que todos sin excepción somos viajeros?

La paradoja de la sociedad

La sociedad evoluciona en progreso al igual que el universo hacia adelante, pero no podemos decir mucho más, aunque paradójicamente, mientras el universo evoluciona en una constante degradación y desorganización, la sociedad parece que evoluciona en el sentido opuesto, al menos “momentáneamente”, es decir evolucionamos en una constante organización y aumento de la complejidad.

Y volvamos a la recurrente pregunta, ¿hacia dónde?, ¿qué va a pasar con la humanidad mucho antes de que el universo muera? No soy optimista, la sociedad viaja hacia adelante hasta el momento en que, si no lo impide una catástrofe exterior, acabará colapsando cuando ya no pueda soportar su creciente complejidad.

¿Hay algo de positivo en este artículo? Claro que sí, si no pensamos en el punto y final del universo o la sociedad, y nos centramos en los puntos intermedios, es decir en el día a día

En momentos difusos como el actual, julio de 2020, durante estos meses de pandemia y confinamiento, se escriben multitud de informes, mucha gente sondea el futuro. Nos acecha un virus, un cambio climático, un sistema económico con incertidumbres, democracias con amenazas, muchos adelantos tecnológicos que la sociedad aún no ha sido capaz de madurar y absorber. Si se me permite la ironía, nos acechan multitud de robots que nos dejarán en la calle, un mundo superpoblado con recursos agotados, y una inteligencia artificial que nos acabará superando en inteligencia y sometiendo a toda la humanidad.

¿Necesariamente un futuro utópico o distópico?

En definitiva, parece que nos espera toda una serie de distopías a las que no estamos muy seguros que queramos llegar, situaciones imaginarias de futuro, pero con escenarios adversos y no deseables para la sociedad y los individuos. Para mucha gente, ahora se vive una época donde el miedo se palpa, se soporta mucha incertidumbre puesto que todos estamos inmersos en una época de cambios disruptores.

A su vez, el “club” de los optimistas, predice que la humanidad se dirige a una situación en la que una vez liberados del trabajo por parte de los robots, viviremos en un mundo de abundancia, y nos dedicaremos a disfrutar del ocio, además se prolongará nuestra vida convirtiéndonos en seres biónicos. Es decir, una utopía. Un lugar en el futuro que no existe, que está idealizado y por tanto se tiene como objetivo a alcanzar. No obstante, siempre se mantiene alejado de la realidad.

Utopía

A lo largo de la historia, el establecimiento de objetivos utópicos, nos han dejado ejemplos a los que probablemente nadie quiere volver. En mi opinión, la idealización de un futuro y establecer sistemas políticos y sociales para llegar a él, genera no pocos desajustes debido a que la utopía, al ser una idealización, obvia la propia realidad tal como es, y niega toda la diversidad contenida en la complejidad social.

Distopía

Por otra parte, ¿qué podemos decir de la distopía?, que es un producto del miedo y la incertidumbre, aunque da muy buenos resultados a la literatura y al cine. Parece poco probable que un futuro distópico al estilo de “El cuento de la criada” o “Fahrenheit 451” se acaben imponiendo, ya que al igual que sucede con la utopía, en estos futuros se niega la realidad y la complejidad social, acotando y simplificando el escenario solo a la magnitud de nuestros temores, dicho sea de paso, son inmensos.

Pero, ¿a qué modelo podemos agarrarnos, para evolucionar como sociedad?, a ninguno, mejor dicho, al día a día de nuestro devenir con pequeños y constantes incrementos de mejora.  

La transformación como estado natural del universo…

El universo se transforma, avanza, se desorganiza, y crece la entropía. Es un devenir implacable, tanto como la 2ª ley de la termodinámica, Esta ley nos habla de que el mundo cambia y evoluciona, nos habla de que estos cambios son irreversibles. Esta ley le da sentido al concepto de flecha del tiempo, es decir, el tiempo fluye solo en una dirección, desde la actualidad hacia el futuro…

¿Pero qué es eso de la flecha del tiempo?, una constante transformación…!

Por otra parte, a nivel humano y social nos mueve el deseo de cambio a mejor. En la mayoría de las personas, a lo largo de su vida va logrando pequeños objetivos de progreso, metas e hitos que hacen que al final de su trayectoria haya conseguido realizar una carrera académica, profesional y personal con la que aportar a la sociedad lo mejor de cada una o uno.

Si miramos atrás en el tiempo, la sociedad ahora está mucho mejor que hace 100 años, y hace 100 años estaba mucho mejor que hace 200. Los cambios han sido quizás imperceptibles año a año, pero muy notables una vez pasado un periodo considerable de tiempo. Es decir, el universo se degrada, pero la sociedad evoluciona, progresa y se transforma imperceptible pero inexorablemente.

Concluyo y acabo.

Kevin Kelly acuño un concepto denominado protopía, en el que se plantea que nuestro destino no es ni utopía ni distopía ni status quo, sino protopia. Protopia es un estado de progreso en el que hoy es mejor que ayer, aunque solamente podría ser solo un poco mejor.

Desde este artículo se propone el estado de protopía como un modelo de evolución y progreso social, sin necesidad de llegar a un estado idealizado, simplemente practiquemos la mejora continua en nuestras vidas y disfrutemos con sus resultados. 

Por otra parte, olvidemos los estados futuros, ya que el futuro no se puede predecir, lo único cierto es que alguna vez en todo nuestro devenir, habrá un final, de la sociedad y del universo.

Reflexionando sobre el concepto de Protopía y el poder de la transformación en progreso os dejo. Os espero próximanente!

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Sobre LopdelPablo 39 artículos
Mi nombre es Pablo López, soy consultor e ingeniero aeronáutico, mi vida profesional está dedicada al estudio, análisis y síntesis del complejo sistema de gestión de tráfico aéreo. En la actualidad ejerzo como inspector de aviación civil, así como formador y experto técnico evaluador de proyectos de I+D+i. Paralelamente, dedico mi tiempo a la conexión del cuerpo conceptual relativo a la visión sistémica y los sistemas complejos, con la gestión de la complejidad y su aplicación a las necesidades actuales en los diferentes ámbitos socio-técnicos.